Ese tenue cosquilleo
Que me sube por los pies
Cuando siento que me ves
Sin pensar si yo te veo.
Esa presión en el pecho
Que me confunde y me embarga
Esa sensación amarga
Por lo querido y no hecho.
Esa leve destrucción
Que dulce se presta a mí
Y sin querer pretendí
Marcarte en el corazón.
No me mires por favor
No rompas mi compostura
Pues tu mirar me asegura
El silencio del amor.
Prefiero verte distante
Y sentir tu movimiento
Y dejar que preste el viento
La aventura de un instante.
Déjame que te adivine
Sin conocerte siquiera
Deja a esta mente que quiera
Soñar con lo más sublime.
Y en lo sublime me crezco
Desechando timidez
Déjame por esta vez
El pensar que te merezco.
Andrés Manuel Pulido Gracia
No hay comentarios:
Publicar un comentario