Anastasia, siéntate a mi lado
Sumisa, requiriendo mi ternura
Prestada a la caricia con premura
Que esperas de mi brazo enamorado.
Prestas tu arrullo a esta soledad
Que rescatas en íntimo contacto
Y me lleno de vida en este tacto
Que dona cercanía a tu bondad.
Ya no he de buscar buenaventura
Ya nunca sentiré la vida ingrata
Pues siento la caricia tan segura.
Tan cerca, tan querida, tan innata
Que presiento que mi alma se depura
Detrás de los arrullos de mi gata.
Andrés Manuel Pulido Gracia
mpulidog[arroba]gmail[punto]com
No hay comentarios:
Publicar un comentario