Son tus ojos el anzuelo
a aquel cielo pasional
cómplices de cuanto hacemos...
de lo puro y lo carnal.
Es tu boca primavera
floreciendo beso a beso
la pasión que te confieso
de explorarte toda entera.
Es tu cuello una pradera,
virgen, suave, piel desnuda,
do mis besos caen cual lluvia
y te encienden cual madera.
Son tus senos el veneno,
son mi vino, mi tortura,
mi pasión, mi desenfreno,
mi reposo y mi locura.
Es tu vientre la agonía
que marchita pensar,
tibio mar de fantasías
donde me hundo a navegar.
Eres tú, amada mía,
sólo tú, cual nadie más,
todo aquello que algún día
yo soñé tener jamás.
Beto
No hay comentarios:
Publicar un comentario