El desvelo lleva tu esencia · Liber Artel

Si por descuido, o qué se yo,
del cielo me caigo,
a qué temer, si es tan espeso como mullido,
el colchón de sueños conque haz invadido;
el paraíso.
Menos me asusta,
llegar a sobrecogerme
de frío,
porque lo que trato
aunque en vano,
es de espantar a manotazos
las sobrepuestas cobijas de lava hirviente
conque me arropas sin saberlo,
al cerrar los ojos entregándote a Morfeo.
Aprovecho y doy inicio a mi infructuoso rodeo.
Gradualmente empieza a ruborizarse,
el entorno.
Entonces comprendo que hay
algo de carmín en tus feromonas,
que las hace compatibles
con el ardor que recorre mis venas.

Me hago una soga
con los reincidentes intentos
de rozar el contorno de tu cuerpo,
al contemplar la desnudez
de tu marmórea espalda.
Trémulo de vergüenza
por mi debilidad, gozosa debilidad!
Me anudo una y otra vez,
el cuello.
Tirando violentamente hasta asfixiarme,
pero sin expirar nunca.
Mortal e irónico resultado,
que ridiculiza aún más, mi impotencia.
Me exaspera negarme a reconocer
lo que anhelo.
Me reprocho incoherentemente,
al tiempo me pregunto:
¿Por qué tú?, ¿Por qué yo no?
¿Por qué tú puedes fingirlo, disimularlo?
¿Por qué yo no?
Como diosa histriónica continúas el teatro con desaliñado bostezo,
interpretando magistralmente
que te despierta mi beso.
El hilillo de mueca siniestramente tierna,
que se dibuja en tu boca
al encorvarse tus labios,
paradójicamente en vez de delatarte,
reviste de solemnidad
tu maternal comprensión,
exornada con pretencioso
y cómplice sarcasmo
cuando compasivamente exclamas:
¡Pobrecillo dormir, no puedes!
mientras instintivamente,
tus manos mis cabellos lamen.
Aunque de perogrullo sé,
que interiormente regodeándote estás;
¡Pobrecillo lo que te mortifica, me estimula,
me fascina!

Acto seguido nos entregamos
a la culminación de la obra,
retozando en el borde,
antes de lanzarnos al precipicio.

Al concluir,
Felizmente cansados, satisfechos,
fundidos en soporífero abrazo tenaz
lentamente nos dormimos,
gracias a la acción
del somnífero más eficaz.

Posdata:
A estas alturas sigo comprenderlo,
pero el desvelo lleva tu esencia.

Liber Artel · Colombia
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