Morir de pie prefieres,
lanzar al mundo tu ejemplo guerrillero,
marcar mi memoria,
despertar mi orgullo,
hablarme de justicia y de igualdad.
Dicen que has muerto,
¿cómo van a matar tu presencia?
Si estás en los montes,
las flores,
el campesino.
Gritan que ahora eres leyenda,
pero eres tan cierto como el aire,
el fusil,
la libertad.
Y en mi corazón se rehízo tu historia,
se borra tu mal librado destino
y tu enigmática figura
es aún más enigmática, extraña,
confusa.
Ya siento el acre olor a pólvora,
y siento la sangre,
siento el asma;
y me avergüenza mirar tu foto,
tú legendario, yo patético, minúsculo.
¿Qué palabras utilizar?
Si ya eres verbo,
vida,
justicia.
Y cuando alguien te descubra,
y siga tu ejemplo guerrillero,
y el águila tiemble ante su grito, vivirás,
combatirás.
Tu allá, heroico guerrillero;
impasible figura libertaria,
caballero de luz,
gigante luchador, hermano perdido.
Nosotros, hartos de quizás es,
hastiados de ojalases
esperamos tu señal;
y dibujamos tu silueta
para estar más cerca de ti,
lanzar nuestro rugido de guerra,
ese rugido de obrero humillado y maltratado,
ese rugido de obrero cansado.
La Sierra Maestra tembló,
La Higuera desfalleció y tú,
excelso comandante,
valiente guerrillero,
tú morías,
vivías,
eras sueño,
eras dolor,
eres bondad,
eres sacrificio.
Tú, Comandante Guevara
eres revolución.
Sharvelt Kattán
http://poderdelverbo.blogspot.com
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