Yo tenía un turpial primoroso,
de un melodioso y dulce cantar,
que entonaba unos trinos hermosos
y soñaba de la jaula volar.
Y una noche que había nubarrones,
muy oscura la noche fatal,
vino otra ave a entonar sus canciones,
y con ella se fue mi turpial...
¡Adiós ave mía!...
¿por qué te alejas?...
¿por qué me dejas
en soledad?...
Sí me cierran
las puertas del cielo
ave mía me pondré a llorar.
Euclides Torres · Venezuela
euclidestorres[arroba]hotmail[punto]com
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