A la esposa y madre · Andrés Manuel Pulido

Ese armatoste caliente
Si se enchufa, por supuesto
Las dichosas camisetas
Ese montón tan latente
Que presta la plancha apresto
Ah! Y las putas servilletas.

Y la tabla balancea
Con la presión de mi mano
Ya se salió el cordón
Y la plancha se recrea
Haciendo el trabajo vano
Y vana mi condición

Mas, que es lo que pita ahora
¿El microondas, el horno?
¿El frigorífico, el termo?
¿O quizás la lavadora?
Y si a la plancha retorno
El pitido se hace eterno

Y la olla ¿La apagué?
Se pegarán las lentejas
¿le quite al peque la mancha?
Y la puerta la cerré
¿puse en agua las almejas?
¡Por fin funciona la plancha!

A las dos a preparar
La mesa para Rocío
Mi chusle sobre las tres
Y mi marido al llegar
Vaya follón, vaya lio
Podían comer a la vez

Las horas que se cocinan
terminan en un segundo
Y quedo sola en la mesa
Y en fregadero culminan
Todos los platos del mundo
Y a nadie le interesa.

Se jodió el lavavajillas
El fregadero atascado
¿Dónde he puesto el estropajo?
¡ya no metieron las sillas!
En el lugar apropiado
Siempre les cuesta trabajo.

El estrés! ¿Qué estrés mujer?
Si vives en tu mansión
Y nadie te mangonea
Queriendo hacernos creer
Que la casa es tu prisión
¡Que venga Dios y lo vea!

Y ya fuera de quimeras
De bromas y de ficciones
Te he de decir lo que siento
Gracias por tus primeras
Y últimas intenciones
De servir con sentimiento.

De prestar este cariño
Encerrado en quehaceres
Que te dicta la razón
Pues con el alma de un niño
Reconocemos que eres
De esta casa, el corazón.

Andrés Manuel Pulido Gracia