Las manos del abuelo me parecen
desiertos sedientos de rocío.
Sus ojos me parecen espejismo
cual gotas de agua, donde
colmo mi sed que me provoca,
el cansancio del camino.
Su mente me parece un tranvía
que pasa estaciones y no para
su rojo corazón, una granada
de consejos y granos de esperanza
en el mañana.
Lorena López · México
loore_1213[arroba]hotmail[punto]com
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