A orillita del Genil
te hice el amor una noche
a los cantos de los grillos
bajo la luna de abril.
La escarcha mojó el ardor
de nuestros cuerpos desnudos
y el amanecer cubrió
los delirios del amor.
Nos gozamos tiernamente
entre sonidos de agua
que acallaron tus gemidos
al prestarte sutilmente.
Cuando el reflejo del río
prestó a la luna presencia
escondida entre los juncos,
nos resguardamos del frio.
Y allí te cubrí de jara
y de tierna y fresca hierba
y ante la luna deforme
dejé que tu cuerpo hablará.
Y habló de duros pasados
escondidos tras caricias
y sentí todos tus besos
entre mis labios pausados.
Tú, contemplabas la luna
yo me fijé en el reflejo
y sentí quieto el puñal
de tu condición de cuna.
Yo nací payo, gitana
más te quiero con pasión
sin obviar tu condición
pues la condición se gana.
Y entre payos y gitanos
media la luna de abril
sobre este Genil de plata
entre jaras y granados.
Y se lleva nuestra historia,
de amor de una noche, el río
lleva en sus aguas los besos
Y a Granada en la memoria.
Andrés Manuel Pulido Gracia
mpulidog[arroba]gmail[punto]com
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